Hace un año mi administración,
educativa
por supuesto,
me
concedió la jubilación.
Tuve
que solicitarla, pero fue fácil.
Supongo
que esta vez,
sí
sabe lo que hace.
Ella,
siempre alerta, vela
por
sus intereses particulares.
Tengo
la sensación
de
que con frecuencia lo hace.
Ahora,
además, lo hace
de
forma anticipada.
Los
bienes materiales
obedecen
a inventario,
los
fungibles se reponen
y
son nuevos, a estrenar.
Los
métodos, pocas veces,
se
modificaron en profundidad.
Eso
sí, con habilidad,
los
acomodaron a la situación.
La
práctica pedagógica,
frente
a la pura teoría externa,
ya
que se ha hecho, la mayoría,
sin
pisar la escuela.
En
su tiempo, mi maestro
me
eligió para estudiante,
notas
y buen comportamiento,
el
familiar incluido.
Quizás
convencido de que sin ambiente
no
se estudia y, a veces, con él, tampoco.
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