lunes, 14 de mayo de 2018

POEMA Nº 27. LA MUERTE


 

 
 LA MUERTE
  
Cuando aparece la muerte dolorosa,
cuando te invade la fría tristeza,
cuando te inunda la soledad,
cuando desaparece la persona querida,
cuando la emoción está a flor de piel, ¿qué pasará?...
 
No tengamos miedo, la vida no termina.
La vida de los hombres no termina con la muerte.
Los finados están en buenas manos.
Manos que aman, siempre dispuestas a perdonar.
Allí, inmensa felicidad, lugar de luz y de paz, de inmortalidad…
 
Es ahora cuando el sermón te recuerda la vida eterna,
y con él, todo se inunda de tranquilidad.
La presencia divina anega todo lo demás,
la religión ya no es un freno. Daos la paz.
¡Pero el que no esté conmigo se condenará!
 
Muerte dolorosa, fría tristeza, soledad,
persona querida, emoción.
Vida eterna, paz inmensa y tranquilidad.
La presencia divina anega, ya no frena.
Si estoy fuera, tengo miedo, me puedo condenar.
 
Es mejor, por seguridad, estar en el grupo.
Te va a favorecer, te va a ayudar.
Sin criterios. Siempre son favores debidos.
Si no te toca, resignación. Otra vez será.
Si no eres de los míos, no eres nadie.