sábado, 30 de diciembre de 2017

POEMA Nº 18. ECOS DE LAS SOLEARES DE ALCALÁ


 

ECOS DE LAS SOLEARES DE ALCALÁ
 
Del Duque hasta el Castillo,
todavía era día temprano.
Era aún temprano en este día tranquilo,
cuando subíamos por cuestas sin vecinos.
 
Envuelto en mis recuerdos,
hoy, ellos y yo, juntos hemos subido.
Hacía todavía fresco,
del Duque hasta el Castillo.
 
Un aire tranquilo, quieto,
nos derramaba sonidos remotos.
Nada ni nadie hacía ruido,
sin embargo, ecos lejanos he sentido.
 
Deseaba yo que fueran ecos,
o, más bien, que ecos de alegría, fueran.
Quería yo que fueran ecos del alba,
o, más bien, ecos de Joaquín… el de la Paula.
 
Y entonces, como quería soñar, soñaba.
Soñaba yo ser el aire, y lo era.
Y por momentos, y con fuerza,
en mi mente ecos y aire se entreveran.
 
 Soleares, arte y esencia,
sentimientos, compás, amor y tierra.
Miseria, pasión, quejío y juerga.
En mí, en un instante, ecos y duende se entreveran.