viernes, 7 de febrero de 2020

Poema nº 31. Olivares de Jaén (II)

 
 

Olivares de Jaén (II)
 
Olivares de Jaén,
hermosura de troncos retorcidos,
que decía el poeta con toda razón,
y que ahora sois ejército
de jornaleros eventuales,
ejército de dolor y sufrimiento,
que la temporada de aceituna,
aún modera la escasez,
ayuda para seguir adelante
y, en parte, quita el hambre.
 
Olivares de Jaén,
mezcla de colores,
que hoy formáis
un ejército de emigrantes.
Que sacáis vuestras raíces
al medio de la camada
o las hundís en la tierra
que os alimenta y os da agua.
Recordad que, con la aceituna,
las deudas se pagaban.
 
Olivares de Jaén,
de eneros fríos y duro esparto,
que formabais ejército de olores,
de muchos capachos y cimbeles.
Aceituna prensada en la almazara
que esparcía aromas y sabores.
Sabores que los niños íbamos buscando
con nuestro hoyo de “paniaceite”,
que nos daban las abuelas,
con sal o azúcar, nada más verte.
 
Olivares de Jaén,
de fríos amaneceres,
que formabais ejército
abundante de vida y belleza,
donde siempre había restos
de nidos y madrigueras,
y que, en los años de buena cosecha,
como si las olivas quisieran avisar,
las hojas, complacientes,
se daban media vuelta.