Pajarillos,
después de llover
Al poco de llover, casi nunca se ve
uno solo,
en el suelo revolotean en grupos
pequeños.
Siempre son varios los que,
saltarines, picotean nerviosos.
Saben que pronto volverá a llover.
No paran, lo intuyen, con inquietud lo
ven.
Siempre alerta, de todo pendientes,
con desazón miran una y otra vez.
Son intermitentes dueños
de zonas de la calle mojada.
Son vigilantes constantes
y perennes de sus alrededores.