jueves, 18 de mayo de 2017

POEMA Nº 5. PALABRAS PRESTADAS


PALABRAS PRESTADAS
  (Tiempo, olvido, sueño y muerte)
 
Tiempo, olvido, sueño y muerte.
Ya el sol enseña sus últimos colores,
pronto va a venir la noche.
Además, mi ciudad me avisa,
ella tiene sus propios correos.

Los niños, los nuestros,
lanzan al viento sus últimos gritos,
gritos perdidos, solitarios.
Ya no juegan, son gritos aislados,
faltos de algarabía.

Los coches se hacen más dueños.
Ahora, con más potencia,
dominan y rugen feroces.
Quizás desconocen su fuerza,
pero altaneros lo invaden todo.

Mientras, algunas mujeres,
por parejas, aprietan el paso.
Acabada la misión o el recado,
alegres y entretenidas,
vuelven hablando.

También, grupos compactos de jóvenes,
a la par, abiertos y cerrados,
alegres y complicados,
altivos, cuando pasan,
se chillan entre ellos, se comunican.

Ahora hombres solos, manos atrás,
terminado el asunto o la faena,
atraviesan con la cabeza gacha.
Van o vienen,
la mayoría cruza sin mirar.

Por otro lado, las madres,
 sin alpargata en la mano,
llaman solitarias a sus críos.
Se oyen los gritos
que acaban en ecos lejanos.

La noche intenta
juntarnos a todos
bajo el mismo techo,
bajo la misma luz.
Estoy solo, ya casi nadie cruza.

Pero de pronto, sin avisar,
surgen luces por todas partes.
Como advertidas por una señal mágica,
la noche comienza a llenarse de luces,
luces colgadas de las esquinas.
 
Y presiento que no estoy solo,
noto que estoy vigilado.
Vigilado por antenas que dan miedo.
Antenas quietas como crucifijos,
  que erectas ven e informan de mis actos.

Antenas que campean orgullosas,
que están ahí quietas, poderosas,
indiferentes, erguidas, larguiruchas…,
con un remate rojo para evitar choques.
¡A veces me pregunto qué querrán de mí!

Y otra vez, como antes,
una rápida, una pequeña luz fugaz,
unida a un ruido impetuoso,
cruza solitaria y ensordecedora,
y es, sobre todo, ruido.

Cuando termina, ya es noche cerrada.
Un gato, ensimismado y tranquilo, se retira.
Parece que no lleva prisa.
A lo lejos, la luna y su negra bata
tapan colores y algarabía.

Ahora todo es noche tranquila y silenciosa,
parece que, por fin, nada se mueve.
Es noche de cosas y casas quietas que nos invita a dormir a todos.
Y en el silencio resuenan palabras prestadas:
tiempo, olvido, sueño y muerte.