miércoles, 3 de julio de 2019

Poema nº 21. Alcalá de Guadaíra, donde vivo

 
 
 
 
Alcalá de Guadaíra, donde vivo
 
Desde el Duque hacia el Castillo,
todavía era día temprano.
Era aún temprano, en este día tranquilo,
cuando subíamos por cuestas sin vecinos.
 
Envuelto en mis recuerdos,
hoy, ellos y yo, juntos hemos subido.
Hacía todavía un poco fresco,
desde el Duque hasta el Castillo.
 
Un aire tranquilo, quieto,
nos derramaba sonidos remotos.
Nada ni nadie hacía ruido,
sin embargo, ecos lejanos he sentido.
 
Deseaba yo que fueran ecos,
o, más bien, que ecos de alegría fueran.
Quería yo que fueran ecos del alba,
ecos de Joaquín el de la Paula.
 
Y entonces, como quería soñar, soñaba.
Soñaba yo ser el aire, y lo era.
Y por momentos, y con fuerza,
en mi mente ecos y aire se entreveran.
 
Soleares, arte, esencia, sentimiento y tierra.
Miseria, gracia, pasión, quejío y juerga.
En mi mente, en un instante,
los ecos y el cante se entreveran.