Alcalá
de Guadaíra, donde vivo
Desde el Duque hacia el Castillo,
todavía era día temprano.
Era aún temprano, en este día
tranquilo,
cuando subíamos por cuestas sin
vecinos.
Envuelto en mis recuerdos,
hoy, ellos y yo, juntos hemos subido.
Hacía todavía un poco fresco,
desde el Duque hasta el Castillo.
Un aire tranquilo, quieto,
nos derramaba sonidos remotos.
sin embargo, ecos lejanos he sentido.
Deseaba yo que fueran ecos,
o, más bien, que ecos de alegría
fueran.
Quería yo que fueran ecos del alba,
ecos de Joaquín el de la Paula.
Y entonces, como quería soñar, soñaba.
Soñaba yo ser el aire, y lo era.
en mi mente ecos y aire se entreveran.
Soleares, arte, esencia, sentimiento y
tierra.
Miseria, gracia, pasión, quejío y
juerga.
En mi mente, en un instante,
los ecos y el cante se entreveran.