Después
de una noche de vela
Cadáver o muerto o difunto o cuerpo
presente…
Frente a él, amalgama de cuerpos
cansados, enlutados.
Después de una larga noche, el cuerpo
velado,
si cabe, parece que aún está más
quieto.
Los mayores, con aspecto señorial y
cansado,
ocupan, los que ellos entienden que
son sus lugares.
A su manera, cumplen a rajatabla con
el protocolo,
hoy poco importan sus achaques y
dolamas.
Por turno y por momentos, hablan
poco y serios, con miradas, con
gestos.
Son frases escuetas, cortadas, que se mezclan
con rostros que expresan dolor y
cansancio.
Surgen recuerdos tapados con lágrimas,
con lágrimas de dolor, de
incomprensión.
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