ECOS DE LAS
SOLEARES DE ALCALÁ
Del Duque hasta el
Castillo,
todavía era día
temprano.
Era aún temprano en
este día tranquilo,
cuando subíamos por
cuestas sin vecinos.
Envuelto en mis
recuerdos,
hoy, ellos y yo,
juntos hemos subido.
Hacía todavía
fresco,
del Duque hasta el
Castillo.
Un aire tranquilo,
quieto,
nos derramaba
sonidos remotos.
Nada ni nadie hacía
ruido,
sin embargo, ecos
lejanos he sentido.
Deseaba yo que
fueran ecos,
o, más bien, que
ecos de alegría, fueran.
Quería yo que
fueran ecos del alba,
o, más bien, ecos
de Joaquín… el de la Paula.
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