Al fondo, a lo lejos, siempre detrás.
Sabes que todos viven, sabes que todos
están.
Sabes que todos nos tenemos una y otra
vez.
Sabes que nos vamos buscando, siempre
buscando.
Pero ¿qué buscamos?, ¿qué encontramos?
Quizás su sonrisa, quizás su caricia,
quizás su presencia…
Seguimos buscando y, entonces, el niño
se nos pierde.
Nos entra el pánico, hasta que, de
repente, nos ve y nos reconoce.
De pronto, nos hemos encontrado con la
mirada.
Ahora, sí notamos que alguien pasa a
nuestro lado.
De nuevo, ya sí somos nosotros mismos.
Somos con su sonrisa, somos con su
caricia, somos con su presencia…
Oímos el cantar de los pájaros.
Sentimos el viento suave.
Vemos flores de muchos colores.
Percibimos olores…
Y entonces, parece que todo nos
sonríe,
que nos acaricia y nos llena con su
presencia…
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